La Reserva Ecológica El Ángel, está ubicada en la provincia del Carchi. La superficie es de 15.715 hectáreas.
El encuentro con la pureza del aire, la tranquilidad y tras la búsqueda de paraísos escondidos, una de las vivencias maravillosas son las que puedes encontrar en la Provincia del Carchi, en un recorrido extraordinario a través de la niebla se distingue un infinito ejército de religiosos cubiertos de sus blancos y peludos abrigos. Son los frailejones, revestidos de varias capas de pelos y micro vellosidades entre los que el aire, calentado por el sol ecuatorial, queda atrapado evitando que se congelen durante la noche. En los bosquecillos que forman, de hasta cuatro metros de altura, se crea un microclima único que sirve de hogar a la peculiar fauna de la zona.
El encuentro con la pureza del aire, la tranquilidad y tras la búsqueda de paraísos escondidos, una de las vivencias maravillosas son las que puedes encontrar en la Provincia del Carchi, en un recorrido extraordinario a través de la niebla se distingue un infinito ejército de religiosos cubiertos de sus blancos y peludos abrigos. Son los frailejones, revestidos de varias capas de pelos y micro vellosidades entre los que el aire, calentado por el sol ecuatorial, queda atrapado evitando que se congelen durante la noche. En los bosquecillos que forman, de hasta cuatro metros de altura, se crea un microclima único que sirve de hogar a la peculiar fauna de la zona.
El manantial escondido
La Reserva esta incorporada al Sistema Nacional de Áreas Naturales protegidas del país, un manantial donde nacen muchos ríos, las aguas temporalmente son depositadas en las cuencas de Mira y El Ángel. Por ello son los páramos más húmedos del Ecuador y la flora se ha adaptado al medio ambiente.
En el páramo se siente un frío penetrante pero, contradictoriamente, la piel se quema, como si soportara rayos de sol en las costas abrasadoras. Este singular ecosistema, que generalmente es húmedo y lluvioso, ocupa el 70 por ciento del total de la reserva.
Su creación
Fue en 1992 para proteger esta peculiar especie, la reserva estaba en grave riesgo de desaparición, debido al uso indiscriminado de fertilizantes y productos químicos que degradan la capa vegetal del suelo.
Descripción de la zona
El suelo de este bosque está cubierto por dorados mechones de paja, que no son otra cosa que hojas que han adoptado esta forma para evitar la pérdida de agua, y que se acurrucan unas a otras para protegerse del frío. En las partes más húmedas aparece otro tipo de adaptación: aglomeraciones de muchas especies que forman “almohadillas’ para conservar en su interior aire caliente y humedad. Atisbando tímidamente detrás de estos cúmulos se descubre el bulto cálido y peludo de un conejo, perteneciente a la única especie nativa del Ecuador. Más seguros de si mismos, los quindes brincan alegremente de flor en flor en un vuelo frenético, batiendo sus alas más de 100 veces por segundo.
La Reserva esta incorporada al Sistema Nacional de Áreas Naturales protegidas del país, un manantial donde nacen muchos ríos, las aguas temporalmente son depositadas en las cuencas de Mira y El Ángel. Por ello son los páramos más húmedos del Ecuador y la flora se ha adaptado al medio ambiente.
En el páramo se siente un frío penetrante pero, contradictoriamente, la piel se quema, como si soportara rayos de sol en las costas abrasadoras. Este singular ecosistema, que generalmente es húmedo y lluvioso, ocupa el 70 por ciento del total de la reserva.
Su creación
Fue en 1992 para proteger esta peculiar especie, la reserva estaba en grave riesgo de desaparición, debido al uso indiscriminado de fertilizantes y productos químicos que degradan la capa vegetal del suelo.
Descripción de la zona
El suelo de este bosque está cubierto por dorados mechones de paja, que no son otra cosa que hojas que han adoptado esta forma para evitar la pérdida de agua, y que se acurrucan unas a otras para protegerse del frío. En las partes más húmedas aparece otro tipo de adaptación: aglomeraciones de muchas especies que forman “almohadillas’ para conservar en su interior aire caliente y humedad. Atisbando tímidamente detrás de estos cúmulos se descubre el bulto cálido y peludo de un conejo, perteneciente a la única especie nativa del Ecuador. Más seguros de si mismos, los quindes brincan alegremente de flor en flor en un vuelo frenético, batiendo sus alas más de 100 veces por segundo.
Hidrología
Entre los principales ríos que nacen de la Reserva están: Angel, Bobo, Grande, Chiquito, Plata, Morán, Chilguiyacu, Huarmiyacu, Cariyacu y que al unirse en sus diferentes sectores forman las cuencas del río Mira y el río Ángel.
Lagunas El Voladero
Se encuentran en un valle glaciar a 3,700 m.s.n.m. Aquí hay una gran cantidad de frailejones. Para llegar al lugar y contemplar sus aguas habrá de recorrer un hermoso sendero (El Ángel-Tulcán). En las tres lagunas habitan patos punteados, palometas de páramo, patillos, conejos, lobos y venados.
Flora y Fauna
Entre su flora destacan la arquitecta, el chaquilulo, el colorado, la dormidera, el mortiño, la orquídea, el romerillo y la paja de páramo. Los frailejones (Espeletia pycnophaylla) que se han adaptado a este ambiente, forman un paraje único en el mundo, debido a su densidad y tamaño. Estas plantas crecen muy juntas y ocupan el 85 por ciento de las 15,715 hectáreas de la reserva.
En las lagunas de la reserva hay truchas, principalmente. Otros habitantes de la fauna de este lugar son el sapo marsupial, aves como el cóndor, el pato punteado, el curiquingue, la gaviota andina y el zumbador.
La leyenda de las lagunas
Se llama “El Voladero, en el cual, un legendario cacique carchense, antes de ser capturado por las Leyes Españolas, decidió volar hacia estas lagunas de aguas cristalinas sin rendirse jamás. Se dice que era un hombre recio, fuerte y bondadoso, llamado jerónimo Tudpué.
Entre los principales ríos que nacen de la Reserva están: Angel, Bobo, Grande, Chiquito, Plata, Morán, Chilguiyacu, Huarmiyacu, Cariyacu y que al unirse en sus diferentes sectores forman las cuencas del río Mira y el río Ángel.
Lagunas El Voladero
Se encuentran en un valle glaciar a 3,700 m.s.n.m. Aquí hay una gran cantidad de frailejones. Para llegar al lugar y contemplar sus aguas habrá de recorrer un hermoso sendero (El Ángel-Tulcán). En las tres lagunas habitan patos punteados, palometas de páramo, patillos, conejos, lobos y venados.
Flora y Fauna
Entre su flora destacan la arquitecta, el chaquilulo, el colorado, la dormidera, el mortiño, la orquídea, el romerillo y la paja de páramo. Los frailejones (Espeletia pycnophaylla) que se han adaptado a este ambiente, forman un paraje único en el mundo, debido a su densidad y tamaño. Estas plantas crecen muy juntas y ocupan el 85 por ciento de las 15,715 hectáreas de la reserva.
En las lagunas de la reserva hay truchas, principalmente. Otros habitantes de la fauna de este lugar son el sapo marsupial, aves como el cóndor, el pato punteado, el curiquingue, la gaviota andina y el zumbador.
La leyenda de las lagunas
Se llama “El Voladero, en el cual, un legendario cacique carchense, antes de ser capturado por las Leyes Españolas, decidió volar hacia estas lagunas de aguas cristalinas sin rendirse jamás. Se dice que era un hombre recio, fuerte y bondadoso, llamado jerónimo Tudpué.
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